domingo, 23 de enero de 2011

por Dios, si es sólo un pedazo de tarta!

Escribo esto mientras como en mi trabajo, con las manos, tarta de queso. Estoy engrasando todo el teclado y me estoy empastando la garganta con la masa, y siento los bordes quemados de la tarta en todo el techo del paladar.
Así es cómo lo escribo, lo que no me importa es por qué lo escribo. A lo mejor, si lo escribo y lo leo luego, me dé vergüenza la actitud. No me da vergüenza comer, algunas pocas veces, pero esta vez es de la inmensa mayoría en que sí me da vergüenza. Quiero avergonzarme en público.
Increíblemente, parece no importarme, lo escribo con total desparpajo. Por supuesto, llegaré a mi casa, me sentiré un lavarropas de carga superior y querré morirme de la humillación, de la vergüenza, del fracaso y de la gordura. Otra vez pensaré en empezar de nuevo, pensaré en el Chico que me gusta, que vuelve en una semana, y estaré -pretenderé, no voy a mentirme- toda la semana comiendo lechuga para que me vea divina al llegar y quiera matarse por dejar pasar tanto tiempo sin concretar.
Ahora saboreo la dulce idea de llegar a mi casa y llorar y agarrarme de los pelos y patear cosas. Ahora voy a tirar lo que queda de tarta -hace como tres líneas que ya no como un pedazo-. Mi madre se sentiría muy mal si tirara la comida. Qué vergüenza, pensaría, pensar que hay chicos que no tienen para comer y vos tirando la comida. Y estaría triste, por los chicos, por ella y por mí. Ese solo pensamiento, en mi egoísmo infinito, podría detenerme. Puedo hacer algo más productivo que comer la tarta y algo más productivo que tirarla, pero me da paja.
Cuando llegue a casa, querré gritar fuerte y, en cambio, me sentaré frente a la pc como una gorda estúpida revolviéndose en su culpa.
Nos vemos en un rato. Ustedes y todas mis yoes, incluyendo a la que puso el título en contra de la que escribió esta entrada.


viernes, 21 de enero de 2011

envídiame, Hera

Leche y melón
como una posesa del calor, de los huesos, como una esclava de la frescura
a cucharadas devoro el melón helado y como el agua bebo la leche tibia espumosa (oh, cómo quisiera que fuera recién ordeñada, doy dos días de mi vida y soporto toda la culpa luego por leche tibia recién ordeñada)
So, por ahora
leche y melón
casi casi casi como los dioses olímpicos
♥ regina quitapenas ♥ 

miércoles, 19 de enero de 2011

yo digo

yo no soy una princesa
yo soy una enferma mental que quiere pesar 47 kilos
no tengo coronitas
ni reinados
ni castillos
ni unicornios voladores
ni arcoiris
ni príncipes de colores
yo soy una enferma mental que distorsiona las apariencias
que sobreestima las apariencias
que no tiene olfato
que no tiene gusto
que no tolera las vocecitas de su cabeza ni las de fuera de su cabeza
-sí, tengo vocecitas en mi cabeza-
una enferma mental
y una enferma física
me duelen el estómago, la cabeza, las piernas, el pecho
tengo que hacerme exámenes, me desmayo, me agito, me estreso
se me cae el pelo de a mechones
me tiemblan las manos como a una anciana
se me seca la piel
una piel hermosa supe tener hace años
yo tengo casi treinta años, una carrera, dos trabajos y una cabeza muy inteligente en contra
nada de princesitas
ni sórdidas, ni rosas, ni de ninguna clase
yo NO ESTOY BIEN
yo lo sé
pero no soy ni quiero ser una princesita
yo busco el aire ser etérea ser una pluma
yo busco hallar afuera de mí la forma que me complete de alguna manera
que me cierre
que me dé ALGO de sensatez
y lo busco porque NO ESTOY BIEN de la cabeza
así que
por favor

que los cuentos de princesas dejó de contármelos mi adorado padre a la edad de cinco
o seis
años
todos Jano todos bifrontes

sábado, 15 de enero de 2011

No contar los días

... simplifica muchísimo este burro asunto.
Quién diría, por una vez mi desordenada vida toma las cosas por su cuenta... ¡y anda!


better than Regina (8)

miércoles, 12 de enero de 2011

Ni tres días

Eso.
Así que esta noche, fernet BIEN fuerte y mañana nuevamente
DÍA 1

martes, 11 de enero de 2011

II


Lo bueno de derrapar un poco es que James Blunt y su 1973 se conviertan en mi conciencia
Mucho melón, god bless el melón helado, y mucho laxante para limpiar mi pretérito
porque así no
ASÍ
NO
Mucho sueño, para reponer la energía que no tengo
mucho
mucho sueño
con el sueño, las pesadillas que siempre tengo



Y el médico me dijo
"tomá el hierro alejado de las comidas"
JAJAJAJAJA, todo lo alejado que puedo, Doc

jueves, 6 de enero de 2011

"A decir de los chicos, Lux había perdido peso, aunque no habríamos podido asegurarlo viéndola a través de los prismáticos. Los dieciséis hicieron algún comentario sobre la prominencia de sus costillas, sus escuálidos muslos, y uno que había subido al tejado con Lux durante una cálida tormenta de invierno nos dijo que los huecos de las clavículas de la chica recogían el agua de la lluvia. Unos pocos hicieron referencia al sabor ácido de su saliva —el de los jugos gástricos cuando no se emplean en nada—, si bien ninguno de estos signos de desnutrición, de enfermedad o de pesadumbre (las pupas de las comisuras de los labios, la calva sobre la oreja izquierda) impedían que Lux produjese la apabullante impresión de ser un ángel hecho carne.
Hablaban de haber subido a la chimenea como llevados por dos grandes y batientes alas, y de aquella leve pelusilla que Lux tenía en el labio superior, que se le caía igual que plumón. Sus ojos brillaban, ardían, estaban abocados a su misión como sólo podían hacerlo los de una criatura que no dudara de la gloria de la creación o de su falta de sentido. Las palabras empleadas por aquellos muchachos, los evasivos movimientos de las cejas, su espanto, su desconcierto, dejaban claro que eran perfectamente conscientes de no ser más que insignificantes asideros en la ascensión de Lux y, al final, pese a que ellos llegaban al pináculo, tampoco habrían podido decir qué había más allá de todo aquello. Unos pocos hicieron alguna observación sobre la avasalladora sensación que les producía la inconmensurable caridad de Lux."